En 1975 se estableció el 8 de Marzo como Día Internacional de la Mujer, conmemorando así unos trágicos y desagradables sucesos, ocurridos disparmente tiempo atrás, en los que las mujeres trabajadoras lucharon por sus derechos. Por la justicia.

La historia ha tenido a lo largo de los años grandes batallas, importantes descubrimientos, grandiosas búsquedas del conocimiento... Pero el único hallazgo realmente extraordinario (un hallazgo que habría de haberse producido en el mismo momento en el que el hombre comenzó a ser hombre y la mujer, mujer), la única gran guerra justa, ha sido por la igualdad. Por unos mismos derechos para todos, por que una mujer pudiese mirar a un hombre desde la misma altura y no desde cinco peldaños imaginarios más abajo, por que estas no reciban un insulto, si no un halago. Por que los actos no sean criticados como fémina, si no como persona.

Por que, ¿qué es una mujer?

Algunos dirán más, y otros dirán menos, que un hombre. Pocos pensarán en una balanza equilibrada, en la que con más o menos cualidades todos somos parecidos, porque nadie es mínimamente semejante a otro.
Pero la ley, ella ha de amparar a ambos equitativamente, sin distinciones, sin diferencias.

Todo mal se supera, poco a poco. Y aquellos que se atrevan a decir que todo está ganado se equivocan.
Aun hay gente hipócrita, nosotras mismas las primeras, que juzgan y hunden a este sexo. Que infravaloran y pisotean a la mujer, que la machacan, que la rebajan... Aun hay gente ("gente") que la maltratan y la humillan.
Aun hay gente que... Que hace que tengan que existir días como estos.

No hay día del hombre para reivindicar los derechos de ellos, porque impuestos desde que eramos meros cavernícolas llevan siglos grabados en las mentes de todos. Mientras que hasta hace relativamente poco la mujer había estado relegada a un segundo lugar. Y aún lo está en los países menos desarrollados.

Pero, después de todo este rollazo... ¿alguien puede negar que la sonrisa de una mujer es lo más bonito que existe en el mundo?

Hay mujeres y mujeres, hombres y hombres... Pero todo el que tenga una madre, una abuela, una hermana, una novia, una esposa, una hija, una amiga, podrá reconocer que la fortaleza no entiende de sexos, que se siente y llora igual, que se grita, que se trabaja... de la misma forma.

Que se ama de la misma manera.



Que vivan las mujeres que no escuchan canciones románticas, 
y las que lloran con ellas también.
Que vivan las mujeres que sueñan con dormir,
y duermen.
Que vivan las mujeres que apagan sesenta velas
por que cumplieron sesenta años.
Que vivan las mujeres que dejaron de ordenar cosas que los demás desordenaron.
Que vivan las mujeres que tienen hijos.
Y las que  los perdieron también. 

Que vivan las mujeres que saben que un palmito 
jamás supera un pedazo de chocolate,
Que vivan las mujeres que se atreven a vivir. 
Las que se atreven a vivir. 

Que vivan las mujeres que dejaron de preocuparse por lo que piensa el resto, 
sin embargo sigue preocupándose de los demás.