Irónica, rara, maniática, complicada, orgullosa, honesta, sincera, curiosa, inquieta, tranquila, especial, agradable, independiente, libre, original, práctica, profunda, observadora, empática, diferente, comprensiva, optimista, minimalista, romántica, creativa, responsable, arisca, humilde, desordenada, sensata, inconformista, paciente...

Y aun podría utilizar mil y un adjetivos más sin cansarme, pero, ¿para qué cansarte?

Vivo despacio y sin prisas, con los ojos abiertos esperando capturar en mi retina un buen momento, y con una eterna sonrisa en los labios. ¿Lloro? También, hastiada de injusticias y explotando de impotencia. Mas, aun en esos momentos rio. Demasiado corta es nuestra existencia como para no hacer dos cosas a la vez, aprovechando el tiempo.
Tiempo que a mi se me escapa sin saber porqué de las manos. Tiempo que aun busco la manera de parar. Que nos atrapa en el pasado y el futuro sin poder vivir el presente más de un segundo seguido.

Mi gran enemigo, aliado con la rutina.

He aquí el porqué del título de este blog. No soy alguien a la que le guste que nadie le marque las horas, a la que le digan qué tiene que hacer en cada momento, que soporte tener que responder a algo ya establecido.

La imaginación no tiene horarios, y yo respiro en ella.
Cuando todos cierran, cuando las risas se apagan y el silencio se hace más que palpable (tanto que a algunos pesa), cuando el sueño se mezclan con la realidad, cuando nuestra cabeza comienza a ordenar cada archivo y recuerdo del día vivido, es ahí cuando las palabras brotan sin sentido y la necesidad acuciante de plasmarlas sobre algo que no sea mi propio interior hace que aquí queden escritas.

Cuanto menos las buscas, más aun aparecen y te llaman vociferando. 

No soy una gran escritora, ni siquiera soy una escritora vulgar.
Soy alguien a la que le gustan las letras, que vive buscando una buena historia, que se enamora de los redondos personajes encontrando un corazón tras una dura coraza. Alguien que no puede quedarse callada al ver algo que le desagrada... Alguien.

Alguien cualquiera.

Eso sí, antes de empezar siquiera, tú a leer y yo a escribir, siento si las verdades duelen, si los esquemas del amor quedan muy alto, si la amistad parece sobre valorada y la sociedad deshumanizada.
Pero sobre todo; siento si alguna vez llegué tarde.